10 cosas que no sabías del gato persa

Si le preguntamos a una persona que no ha tenido contacto con gatos, seguramente dirá que son animales orgullosos e independientes y que no les gustan las personas; eso explica, para ellos, que no se le acerquen cuando se encuentran por primera vez. Pero esto no es así.

Los gatos, al igual que cualquier otro animal, e incluso los humanos, no son muy afectuosos o amigables cuando no se sienten en confianza o no conocen a quien se les acerca. ¿Normal, cierto?

Por eso, hoy, queremos compartirte 10 cosas que te serán muy útiles si vas a acercarte a un gato persa o piensas recibir a uno de estos pequeños como un inquilino más en casa.

1. Original de Persia

Esta raza es natural de la antigua Persia, lo que hoy conocemos como Irán. Pero en el siglo XVII fue llevada a Europa por viajeros que vieron en su aspecto un atractivo regalo y un compañero tranquilo.

De allí llega luego a América del Norte a finales del siglo XIX, en donde ha calado tan bien que forma parte de una asociación amante de los gatos.

2. Querido por nobles y famosos

En Europa pasó fácilmente a formar parte de las casas reales, puesto que, su largo y hermoso pelaje, lo hicieron muy codiciado por su aspecto noble y aristocrático, llegando incluso a ser considerado signo de riqueza.

Hay registros de personajes del cine y la música que han sido retratados con su gato persa en brazos, y algunas fotos son en blanco y negro. Y es que ha causado tanta sensación que hasta hay tres pinturas famosísimas en las cuales aparecen.

3. Con el tiempo cambió

Los gatos persas originales eran blancos y de nariz más bien alargada, sin embargo, debido a un interés particular de un grupo interesado en cambiar este aspecto, se cruzó con el gato angora. ¿El objetivo? Tener igualmente un gato hermoso de pelo largo pero con nariz chata y de variedad de colores.

Para cuidar su pelo largo, que sigue siendo su característica principal, se recomienda peinarlo a diario con un peine de metal, en el mismo sentido que crece el pelo, con especial cuidado de no peinarle en exceso la cola. Hazlo y verás cuánto lo van a disfrutar ambos.

4. De estómago delicado

Como bien sabes, los gatos se limpian a sí mismos usando su lengua, esto ocasiona las muy conocidas bolas de pelo. Una forma de evitarlo es darle alimento de variada consistencia, es decir, húmeda y seca; de igual forma, que pueda tomar malta también previene este problema.

La comida seca, como croquetas, le proporciona los requerimientos nutricionales necesarios y ayuda en la prevención del sarro dental. Y, como toma menos agua que un perro, es necesario que le proporciones líquido.

5. Sufre de enfermedades renales

El gato persa es propenso a padecer de riñones poli quísticos, es importante que lo lleves a consulta con el veterinario para detectarlos a tiempo; si se dejan pasar, al final, presentará fallo renal.

6. Atento a nariz y ojos

La característica lograda, al hacer el mestizaje, ocasionó otros inconvenientes, como lo son lagrimales y fosas nasales hundidas. Esto significa que debes limpiar a diario los ojos de tu gato persa, ya que, se pueden dar enfermedades en tan delicada área.

Para ello, basta utilizar unas toallitas húmedas, así garantizas que no dejas ningún rastro de lagaña y que no corren riesgo de infectarse pues no lo estás tocando directamente con tus manos.

7. Son peculiarmente tranquilos

Los gatos persas se caracterizan por ser muy tranquilos, pueden llegar a dormir más de 16 horas por día; aparte de esto, no gustan mucho de los juegos, tampoco tienen ese instinto de cazador que otras razas sí tienen.

Como no le gustan los ruidos no son muy recomendables si hay niños en casa, pues, esto le genera estrés y le causa miedo. Recuerda, tu gato tiene oídos mucho más sensibles que los tuyos.

También, le gusta mucho recibir cariño y atención, por lo tanto, que no te sorprenda si se entromete entre tú y lo que sea estés haciendo para pedirte con sus ojitos que le rasques y sobes.

8. No es amigo de la soledad

Aunque te parezca irónico, no le gusta estar solo. Es cierto que te acabamos de decir que es muy dormilón, sin embargo, le gusta estar acompañado, aunque no te lo pida directamente.

Para evitar la ansiedad por ausencia puedes acostumbrarlo desde pequeño dejándolo solo por ciertos períodos, así evitas que manifiesta el estrés al rasgar o morder muebles u orinar fuera del lugar asignado para ello.

9. Los hay de varios colores

Gracias a la mutación causada, el gato persa actual puede ser de color de pelo y ojos distintos, según la subespecie a la que pertenezca.

Si es de color crema en la mayor parte del cuerpo, café en las patas, hocico y orejas, y con ojos color azul zafiro; tienes ante ti a un gato Persa Himalayo.

Que sus puntas plateadas no te engañen si de lejos se ve todo blanco, con ojos verdes, azul o naranja, seguro se trata de un gato Persa Chinchilla.

Y, claro está, aún se conserva el original Persa Blanco, de abundante pelo que lo asemeja a un copo de algodón y, como si no fuese suficiente, le ha ganado el apodo de cosita peluda. Si tiene los ojos azules está muy atento de la salud de estos, puesto que tienen una predisposición a la sordera.

10. Tienden a ser obesos

Como te mencionamos antes, este gato se caracteriza por ser de poca actividad física y no es porque la rechaza, sino, que su mismo carácter lo hace más bien sedentario, por lo tanto, es importante que lo estimules con juegos o alguna actividad física para controlar su peso. Adicional a esto, puedes pesar la cantidad de comida que le sirves.

Luego de estas curiosidades del gato Persa, no queda más que desearte una feliz y larga vida gatuna junto a tu mimado amigo peludo.